Si uno se mira en uno espejo a los ojos y
repite tres veces la palabra “candyman”. Aparece a sus espaldas un negro
gigantesco, vestido con una capa oscura, lleva un afilado garfio en el brazo.
Mata a sus victimas abriéndoles el cuerpo
desde el vientre hasta el pecho. Tanto odio tiene una explicación: en vida Candyman fue un pintor que durante el siglo
pasado en el sur de los Estados Unidos, se enamoro de una muchacha blanca a
quien debía retratar. Antes que la pintura estuviera terminada la chica quedo
embarazada.
El padre de la mujer que era quien le había encargado el trabajo,
condeno a candyman a un castigo atroz: le cortaron la mano derecha y lo
arrogaron luego en un panal de abejas.
Candyman no vive en la realidad sino en las
creencias, supersticiones, en los secretos. Cuando ya nadie cree en su
existencia desaparecerá del mundo.
Debes en cuando, del cuerpo de Candyman
echan a volar miles y miles de abejas enfurecidas.
Fuente: Transilvania Express editorial
colihue
Autor: Pablo De Santis
Martín C.
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